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La ética en la gestión publica contemporánea (página 2)



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Sin embargo entre el Derecho y la Moral hay numerosas distinciones. Aunque la Moral y el Derecho son sistemas normativos diferentes, hay campos donde sobre todo se puede ver la influencia de la moral. Ambos son conjuntos de normas que sirven de guía para la conducta humana. La idea es diferenciar el campo jurídico de la vida privada de los individuos (Ética pública y Ética privada).

Henkel, Heinrich. Introducción a la Taurus. Madrid. 1968. Pp. 34-39. Filosofía del Derecho. Cataloga y distingue a la moral en tres sectores:

La moral de conciencia individual (personal).-

Moral de los sistemas religiosos (religiosa)

Y la moral social positiva

Moral Personal

Moral Religiosa

Moral Social

Parte de la idea del bien que el individuo se forja en su conciencia, de la cual se derivan ciertas normas de conducta.

Conjunto de doctrinas cuyo ámbito de validez se extiende a todos los creyentes de una fe religiosa a cargo de su conciencia.

Conjunto de preceptos morales vigentes de una sociedad en un momento determinado. Se expresa a través de los usos sociales.

Por otra parte el alemán Christian Thomasius . Conocido como el Segundo Lutero. (1705), fue el primer filosofo jurista que estableció criterios diferenciadores entre derecho y moral.

La Moral versa únicamente sobre el futuro interno de la persona , no ocupándose en los resultados de la acción , sino sólo de la intención, mientras que

La Moral no es coercible, no se puede obligar a cumplirlas, mientras que El Derecho si es coercible: las normas jurídicas exigen su cumplimiento .

El Derecho cuenta con el respaldo de la coacción que otorga el Estado, es coercitiva, mientras que la moral no tiene coacción.

El Derecho recae sobre el fuero externo de la persona, sin tener en cuenta factores internos como la intencionalidad o la buena fé.

El Derecho esta conformado por un conjunto de normas jurídicas que se le imponen al individuo desde fuera por el Estad, mientras que la Moral consiste en unas normas de conducta que el propio individuo se da a sí mismo.

Lo que se acepta como normal en nuestra sociedad. Los profesionales y futuros profesionales manifiestan su deseo de encontrar fuera de sí mismos alguna fuente de autoridad que les permita saber las reglas de juego. Aceptan sin crítica los valores de nuestra sociedad que en realidad son los valores de su propio o clase social. Al haber definido lo ético como lo que se acepta como normal en nuestra sociedad, muchas veces se justifican alegando que están aceptando en forma democrática el parecer de la mayoría.

Cuando se les hace notar que esta forma democrática de definir lo ético es muy subjetiva, muchas veces contestan que en realidad, todo es subjetivo, muchas veces contestan que en realidad, todo es subjetivo cuando se trata de la ética profesional porque los tiempos y las circunstancias siempre cambian. En su afán de ser flexibles en nombre de lo que defienden como una actitud realista, niegan la posibilidad de la objetividad moral. Aceptan la llamada ética de situación, en la cual se supone no hay principios fijos: cada situación genera sus propios principios y su propia solución. Difícilmente perciben la distinción entre principios morales objetivos que nunca cambian, y juicios prácticos acerca de la manera en que se deberían aplicar estos principios en determinadas situaciones.

En su manera de definir lo ético, manifiestan un relativismo moral que fácilmente les puede llevar a aceptar la costumbre, como determinante para decidir lo que es moralmente aceptable.

Lo que está de acuerdo con mis sentimientos de justicia y lo que se acepta como normal en nuestra sociedad (9)son en realidad dos respuestas que manifiestan la mima tendencia : aceptar en forma prerreflexiva, sin sentido critico, lo que la sociedad ofrece a la persona como criterios para formular sus juicios morales.

Conclusiones

La mayor complejidad  para acercar la ética y la gestión pública es el desconocimiento epistemológico de la naturaleza no científica de los constructos que intentan hacer una reflexión seria de los quehaceres que les ocupan.

(9) Eduardo Schmidt. Ética y Negocios para América Latina. Universidad del Pacífico. Biblioteca Universitaria. Lima- 2003.En Primera Parte. El profesional frente a su mundo. Pág. 31 – 32

Cuando se es parte de una comunidad, las acciones, el prestigio o la falta de uno de los miembros afecta al otro, pues no se actúa individualmente, sino colectivamente. Ser ético es reconocerse como miembro de una comunidad dentro de la cual existen derechos y deberes.

Ética profesional

LA FINALIDAD DE LA ETICA PROFESIONAL

La ética de una profesión es el conjunto de normas en términos de las cuales definimos como buenas y malas una conducta profesional. El bien se refiere aquí, a que la profesión se constituye en una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad.

Hay tres tipos de condiciones o imperativos éticos profesionales:

Los que tienen que ver con la competencia profesional. La ética de la profesión exige que la persona sea competente, es decir, que tenga los conocimientos destrezas y actitudes para ejecutar adecuadamente en su área de competencia.

La ética consiste aquí en reconocer que la actividad profesional sólo es buena en el sentido moral si se pone al servicio del cliente.

Ahora bien, Max Scheler. En ética Material y ética de Éxito, es genuino crítico de Kant. : "Sólo una ética formal puede situar el valor de lo bueno y lo malo en la disposición de ánimo, y toda ética material ha de ser forzosamente, a la vez "ética de éxitos", es decir, una ´tica que hace depender el valor de la persona y del acto voluntario, incluso toda la conducta, de la experiencia sobre los resultados prácticos que la actuación de esa conducta lleva consigo. Ahora bien, está fuera de toda duda que los éxitos todos de la acción moral son completamente indiferentes para el valor moral de las personas, actos y acciones. Así pues se estrella ante la meridiana claridad del sentimiento moral y del juicio moral fundado en el contenido de ese sentimiento, cualquier ensayo de introducir el concepto de "disposición de animo" como simple concepto auxiliar con el que se designa tan sólo una "disposición constante".

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Para Max Scheler es un proceder esencialmente absurdo hacer depender el relieve, oral de una conducta practica de un cálculo de los resultados probables a base de las relaciones reales y las conexiones casuales de estas relaciones. (10)

LA FINALIDAD

La finalidad de formación ética profesional debe consistir en desarrollar en el futuro profesional el conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para que cuando actué lo haga a nombre de los intereses de la comunidad.

La formación ética del profesional no aspira a que el estudiante estudie ética sino a que se haga ético en su profesión.

10) Max Scheler. Ética. Tomo I. Impresiones UNIFE. Lima Perú. Revista de Occidente. Bárbara de Braganza, 12. Madrid. 1941.

LAS CONDICIONES DE LA FORMACIÓN ÉTICA

La tarea es fomentar el desarrollo ético del futuro profesional, y que conozcamos cuales son las condiciones o factores que hacen posible que los seres humanos se desarrollen éticamente.

CUATROS PRINCIPIOS QUE PARECEN EXPLICAR EL DESARROLLO ÉTICO

El desarrollo ético depende de la pertenencia de la persona a una comunidad con cuyos fines, intereses, valores y normas se identifica.

La formación ética se desarrolla a trabes de un proceso de practica (acción – reflexión).

La formación ética esta grandemente influenciada por otros seres humanos particulares, los prójimos (cercanos) que son especialmente significativos al individuo.

El desarrollo ético es un proceso evolutivo y progresivo de adaptación de conflicto.

Como otro aprendizaje, los valores se desarrollan a partir de las prácticas sociales en que los seres humanos nos involucramos. Los valores son ideas que se expresan en las relaciones y practicas humanas.

La ética es una constante lucha por evitar que la ética real domine a la ética ideal, por hacer prevalecer los valores éticos, la competencia profesional, el servicio y la solidaridad, sobre los valores económicos de la ganancia y el lucro.

DOS PRINCIPIOS IMPORTANTES

  • La educación tiene que ser realista, no puede negar el conflicto moral; debe asumirlo.

  • La educación ética tiene que aspirar a desarrollar la fortaleza y autonomía de carácter del profesional.

LA ENSEÑANZA ORIENTADA A LA FORMACIÓN ÉTICA PROFESIONAL

Actividades que desarrollan un sentido de comunidad ético – profesional:

  • En la medida de lo posible, todo curso de preparación profesional debe incluir la dimensión ética.

  • La escuela o colegio, en combinación con agencia publicas o privada de la comunidad, profesionales o gubernamentales, debe organizar actividades extracurriculares. Los estudiantes deben participar en actividades sociales y culturales extracurriculares de contenido ético. Desde su primer año hasta su día de graduación, los futuros profesionales deben tener periódicamente la oportunidad de reflexionar y discutir con sus compañeros que significa ser profesional.

CONCLUSIONESRegulaciones de Ética – Códigos de Ética

Ley de Servicio Civil

La ética no es relativa y tiene principios que son aceptados universalmente.

Requiere pasar de lo filosófico a lo racional legal a través de normas que los hagan exigibles, se convierten en deberes funcionales.

Acciones de "Gestión Ética" que hagan vivir la cultura ética en las organizaciones.

La Función Pública es el Conjunto de actividades que se realizan a través de las entidades gubernamentales, para el cumplimiento de las funciones del Estado y las políticas del gobierno.

El concepto abarca cualquier modalidad contractual por lo que debe entenderse ampliamente

La ética pública tiene como función que las personas que ocupen un cargo público lo hagan con diligencia y honestidad como resultado de la razón, la conciencia, la madurez de juicio, la responsabilidad y el sentido del deber.

Propender a un cambio verdadero y profundo en el pensamiento a fin de recuperar la confianza perdida en el servidor público.

Erradicar la tendencia de los funcionarios públicos de prometer y no cumplir, decir verdades a medias, tergiversar o de plano ocultar los hechos y pretender lo contrario.

Inventar resultados, atentar, manipular procesos, números y cifras y hasta manipular imágenes.

Gestión de conocimiento, hay que dar espacios para que la gente participe, crear talleres sobre los procesos y mejoras que puedan hacer, todo ello permitirá que las cosas se solucionen de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo.

MUCHAS GRACIAS.

Ética en la gestión pública

"Toma nota del consejo de quien te ama… aunque no te guste de momento"

Blas Pascal.

Nino Sánchez Vargas

Ética Gubernamental

La Ética Gubernamental es el cumplimiento cabal de la función pública o empleo público, con riguroso apego a la Constitución, las leyes, reglamentos o disposiciones especiales válidas.  La Ética Gubernamental, como es obvio, tiene como estricto objetivo la superconducta moral de todos los Poderes del Estado, es decir, la obligada observación y mantenimiento de la honestidad, integridad, decoro, pureza y honradez en todos los hechos, labores y actuaciones de los funcionarios y empleados estatales.

La Ética Gubernamental no consiste solamente, como muchos creen, en el fiel manejo o administración de bienes o recursos, en la no verificación de exacciones ilegales, en la no realización de negocios clandestinos en detrimento económico del organismo o entidad en la que se trabaje; en otras palabras: no consiste únicamente en formas en contra de enriquecimiento ilícito, cualesquiera que fueren los procedimientos utilizados: (recepción de coimas, tráfico de influencias, etc.).

Los griegos fueron los primeros en darle forma y sentido a la ética, a la cual llamaban æthos, y también æthos era la palabra que definía el carácter. Platón unía la ética al conocimiento y a la felicidad, casi como unidades inseparables. Muchos años después, el filósofo francés Jacques Rousseau, elaboró su famoso "Contrato Social" que inspiró las formas democráticas de gobierno para buscar solución a los problemas educativos, de salud, de vivienda y para corregir los desniveles económicos en los pueblos. Según Rousseau, para poder acometer la solución de esos problemas, es necesario un carácter social o sea una ética social plena, saludable y difundida.

Si nos ponemos a mirar la historia de los pueblos, comparando aquellos que triunfaron con los que no son ejemplares, vemos que la ética o el carácter, diseminado entre sus gentes e inculcado profundamente en su cultura, es el factor que separa al triunfo del fracaso, y no tenemos que hablar sólo de gobiernos o culturas, hagámoslo de las personas, nos gusta estar cerca, trabajar y asociarnos con personas de una sola palabra, de una ética intachable, de un carácter irreprochable y le huimos al falso, al doble cara, al tramposo, al que no tiene carácter. La ética se inculca, se planta en la conciencia y al ser de un individuo, hombre o mujer, se abona con razonamientos y con educación, para que se asiente, penetre profundamente y se convierta en algo natural e inherente a la persona.

La ética se vuelve entonces contagiosa, pretendiendo que los valores más elevados que rigen esa sociedad instruida, sean practicados por todos y cada uno de los miembros de esa sociedad, cuando un gobierno se instala, adquiere un compromiso, un contrato social con el pueblo que lo elige y al que ha de gobernar, para hacerlo de una manera justa, positiva, honesta y consistente. Eso es lo que el pueblo espera y, a cambio de esa esperanza, confiere el poder voluntariamente, le entrega todas las herramientas de trabajo de que dispone la sociedad (su dinero, sus recursos, sus tierras, hasta sus ejércitos y policías) es imperativo del gobierno hacer uso adecuado de esos recursos entregados en custodia, para el beneficio común del pueblo en general.

Por eso, aquel que mal utiliza los recursos del pueblo, le falta a la confianza de ese mismo pueblo y cuando esas personas que dieron su confianza y el poder para hacer las cosas, ven que algo o alguien falla en su encomienda, que no produce lo que promete, que no cumple con su juramento, que su carácter le falla, que no tiene ética, le quitan su respaldo y lo castiga en elecciones futuras. Una de

las características de la administración de derecho público es la elección del Presidente en forma directa, el cual tiene una potestad y esta facultado para ejercer el poder.

Por otra parte, los funcionarios públicos, al igual que el Ejecutivo, tiene una investidura regular, maneja cuotas de poder, tiene un mandato etc. Es que debe responder en forma idónea a la responsabilidad que la sociedad nos delega; en otras palabras esto significa no abusar del poder y/o acceso a la información a la que tenemos desde nuestros puestos de trabajo.

Es por esto que en la actualidad, el ciudadano tiene que protegerse no sólo de quienes se relacionan con él en idéntico plano, sino también frente al que ocupa y detenta este poder de intervención que se reserva a la Administración Pública. La genérica e impersonal función y actividad gestora del interés colectivo y de los servicios públicos puede llevar a convertir a la Administración, antes que en un instrumento de libertad y protección, en un medio agobiante de presión y poder en caso de rozar los límites de los derechos fundamentales o bien al desbordarlos. Ello ha determinado la necesidad de establecer medidas que perfeccionen en ambos aspectos las formas de protección y gestión estatal en favor de los administrados. Por una parte, se han consagrado en todos los niveles jurídicos las normas destinadas a prevenir y reprimir cualquier desviación o abuso de los funcionarios públicos determinados por actos propios de acción pública, como así también, el establecimiento de vías administrativas y jurisdiccionales apropiadas e imparciales a los efectos de conceder oportunidad de control y autocontrol, en caso de que las normas contenidas en las disposiciones administrativas desconozcan derechos o intereses legítimos de personas o grupos.

Esta tendencia hacia la defensa y protección de los administrados, ante la actuación del poder público, ha traído consigo la ampliación de las garantías legales y hasta el establecimiento de normas constitucionales a efectos de amparar a los administrados de esta facultad amplia que a pretexto del bienestar común se ha conferido a la Administración Pública.

Cada día se advierte mayor cantidad de recursos de protección sobre medidas arbitrarias e ilegales de funcionarios que en sus actos contravienen normas legales y administrativas. Pero a pesar de ese incremento, este es inferior a las necesidades de los administrados, pues los ciudadanos no hacen las denuncias pertinentes, ya sea por temor, complejidad de los trámites, por sentimiento de resignación e impotencia o muchas veces por el costo económico y de tiempo que los reclamos conllevan.

El administrado, el contribuyente, el ciudadano debe ser protegido con eficacia frente al actuar irregular o insuficiente de la Administración Pública y ésta debe estar protegida contra el accionar ilícito o abusivo de sus funcionarios. Es allí donde el trabajo de instituciones de control toma importancia y adquiere mayor dimensión en el marco de regímenes democráticos estables.

Lucha contra la corrupción

ACERCA DE LA CORRUPCIÓN

Frecuentemente escuchamos hablar de corrupción y la gran mayoría de las personas piensa que es algo que ocurre solamente en la política, ya que constantemente escuchamos noticias de este tipo en la televisión, casos que llamaremos de trascendencia. Pero si analizamos con mas detención el concepto de corrupción, nos podremos dar cuenta que la corrupción está presente en nuestro diario vivir, en nuestro entorno e incluso nosotros mismos podemos tildarnos de "corruptos" muchas veces en algunas conductas del diario vivir, casi sin darnos cuenta.  La corrupción atenta contra la dignidad de una persona, grupo o nación, ejemplo de esto son las mentiras, los engaños, el soborno, etc. Como podemos apreciar la corrupción no es tan lejano de nuestro diario vivir, es algo que nosotros mismos utilizamos para conseguir nuestros fines y metas. Esto es algo que va en aumento y cada día que pasa la sociedad está aceptando la corrupción como algo normal, por esto es tan difícil detectar un caso de corrupción y hacer algo al respecto.

Siempre se mira a la corrupción como algo que afecta al mundo, a la economía, pero ¿Qué pasa con las personas?, ¿Acaso no pertenecen al mundo?, ¿Se puede prevenir este mal que cada día afecta más a la sociedad?, ¿Se han medido las graves consecuencias que la corrupción causa al ser humano?, ¿Existirá alguna solución definitiva para la corrupción? Estas son algunas interrogantes que parecen tener una difícil respuesta.

La corrupción es el mal de estos últimos años y antes de hacer algo en contra de ella, debemos informarnos y a partir de esto cambiar nuestras propias actitudes. La corrupción se puede prevenir, pero esto depende de nosotros y de la sociedad.

DEFINICION DE CORRUPCION

La corrupción es un mal que aflige a todos, es neutral ya que no discrimina país, clase social, raza, religión o ideas políticas. Pero ¿Qué es corrupción? Según su definición denotativa corrupción es "alterar y trastocar la forma de las cosas". Según William Shakespeare "Un átomo de impureza corroe a la mas noble sustancia al nivel de su propia degradación".  Desde el punto de vista de la Iglesia Católica es "Toda forma de tomar o retener injustamente el bien ajeno, aunque no contradiga las disposiciones de la ley civil, retener deliberadamente bienes prestados u objetos perdidos, defraudar en el ejercicio del comercio, pagar salarios injustos, elevar los precios, el fraude fiscal, los trabajos mal hechos, etc.".

Corrupción desde el punto ético no es otra cosa que la práctica de saltarse reglas éticas generalmente aceptadas en una sociedad. Aquellas normas que cada grupo humano adopta y consagra, porque las considera indispensables para estimular su acción colectiva, para sobrevivir, para desarrollarse y civilizar su convivencia.

Como actos de corrupción pueden ser considerados los engaños, las injusticias, los abusos de cualquier índole. También se considera corrupción al escándalo y las condiciones sociales que no contribuyan al bien común. En síntesis corrupción es dañar o atentar en contra de la dignidad de una persona que exige ser respetada.

FORMAS DE CORRUPCION

La corrupción ha acompañado a través de los tiempos al ser humano desde tiempos inmemoriales. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que desde que el hombre se puso en pie, ya que en las antiguas culturas y hasta en la Biblia nos confirman los primeros casos de corrupción. Sin embargo esto se ha hecho notar en estos últimos años donde diariamente podemos ver corrupción.  ¿Qué pasa en la vida diaria?, ¿Qué puede ser considerado como corrupción? A esta interrogante podemos responder que el engaño, mentiras, abusos, injusticias, robo, insultos verbales, violencia, atentar contra los valores, contra los principios, manipulación de personas, etc. son considerados actos de corrupción porque atentan contra la dignidad de las personas.

PREVENCION DE LA CORRUPCION

¿Cómo prevenimos la corrupción? Tal vez nos parece una pregunta con una difícil respuesta e incluso sin respuesta, sin embargo existe una solución. La mejor arma contra la corrupción es la educación. Para esto hay que preparar a los niños, jóvenes, a la gente común para que no crezcan en un ambiente de ignorancia respecto a la corrupción, ya que por ello es que los corruptos abusan de su poder y los engañan fácilmente. Si aprendemos bien que es la corrupción podremos vacunarnos de este mal. Debemos enseñarles a ser suyos los valores de honestidad, solidaridad, respeto, verdad, justicia, benevolencia y caridad

Para prevenir la corrupción debemos hacer que se viva en un ambiente de compañerismo y solidaridad, que sólo así se podrá atender de fondo este problema y encontrar verdaderas soluciones a los problemas de corrupción que el mundo ha sufrido y seguirá sufriendo. Para combatir la corrupción a nivel mundial es importante que todas las naciones y países del mundo se unan y trabajen juntas para luchar contra la corrupción, ya que cada país por sí solo no puede luchar contra ella. Para esto es importante evitar las diferencias, los conflictos y los problemas que se puedan tener entre ellos.

CONSECUENCIAS DE LA CORRUPCION

En el ámbito mundial el sector más perjudicado es el ámbito económico, ya que los países pierden grandes sumas de dinero por sus corruptos. Generalmente estas personas están íntimamente relacionadas con el aspecto político, por esto es que es tan difícil detectar un caso de corrupción. La corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral, la convivencia, la justicia, así como el desarrollo integral de los pueblos.

Como la corrupción atenta contra la dignidad de las personas, pues a la persona corrompida pueden causarle serios daños en los distintos ámbitos: el físico, social, espiritual y psicológico. Puede que esta persona cambie su jerarquía de valores y principios, que acepte la corrupción como algo normal en su vida, puede que con el tiempo no haga uso de sus valores cuando se le presente una situación similar, su autoestima puede disminuir y caer notablemente. Esta persona puede que no le importe los valores como el respeto, solidaridad y caridad. Tanto es el daño que puede causar la corrupción en el género humano, que se puede en el día de mañana convertir a cada uno en un corrupto más de la sociedad.

TRANSPARENCIA CONTRA LA CORRUPCIÓN

La transparencia y anticorrupción son uno de los grandes temas del siglo que comienza para los gobiernos del mundo, ya que ocupa parte importante del debate actual por su incidencia directa en el desarrollo de la democracia. Es crucial porque la transparencia y responsabilidad son los fundamentos que llevan a que las organizaciones y liderazgos tengan fuerza moral suficiente para impulsar y fortalecer la escala de valores, la legalidad, el civismo y la justicia en nuestra sociedad.

Las preocupaciones se generan tanto de una parte de la sociedad que tiene niveles aceptables de participación ciudadana, dado que acceden a buenos niveles de información y conocimiento de la problemática, en tanto en la mayoría de los ciudadanos, si bien tienen la opinión de que hay corrupción, sus posiciones son pasivas frente a dicha problemática.

La carencia de transparencia es una creciente preocupación social porque afecta tanto a los países ricos como a los pobres, es una erosión continua de la economía. Los principales retos de la democracia, en las circunstancias actuales, son la búsqueda de la transparencia, la responsabilidad y de la capacidad de respuesta que es fundamental para la credibilidad de sus gobernantes.

Los gobiernos enfrentan retos sobre equidad, justicia social, legalidad, transparencia y sobre la brecha creciente de la pobreza frente a la concentración de la riqueza. Las prácticas de corrupción destruyen estos retos porque es injusta, corrompe los sistemas, se apropia de una parte importante del presupuesto nacional, afectando a todos los ciudadanos, pero sobre todo a los más pobres, y en donde se concentra el voto de casi la mitad de los electores del país.

Hay que entender que la corrupción en la administración pública es equivalente al cáncer, cuando es detectado y su diagnostico nos arroja que es curable. Naturalmente que la reacción de una persona afectada será de temor y preocupación, pero para enfrentarlo hay que esforzarse, sufrir y gastar mucho dinero. Es como acontece cuando detectamos la falta de ética en el manejo de la administración, pero el temor y preocupación que afecta a la persona deberían adoptarlas las autoridades a cargo del país.

La corrupción o la falta de ética en nuestras organizaciones es la principal amenaza en el desarrollo del país y su combate exige el apoyo de toda la sociedad. Es un tema común en los discursos presidenciales, las campañas electorales de los políticos, etc., pero hace falta. Lamentablemente es frecuente que las nuevas iniciativas, no sean aplicadas rigurosamente o no sean provistas de funcionarios y personal idóneo para su implementación, entre otras prácticas tradicionales negativas, como la continua resistencia de los gobiernos de proporcionar información para que se pueda conocer y monitorear el manejo de los fondos públicos y de los casos de corrupción que son expuestos por la sociedad civil o detectados en una investigación gubernamental (para indemnizaciones).

En el caso de los funcionarios implicados en la corrupción, típicamente son reemplazados por otros que tienen antecedentes cuestionables, y como sus predecesores, en lugar de identificar, procesar y sancionar la corrupción, la encubren. Así, después de años de esfuerzos anticorrupción por parte de los gobiernos, no hay muchos cambios.

CONCEPTO DE TRANSPARENCIA

La palabra transparencia fue puesta en moda por el entonces premier soviético Mijaíl Gorbachov, en los años ochenta al concederles a los soviéticos el derecho de conocer como se manejan las cuestiones del Estado, de tal forma que lo denomino "Glasnost" que en ruso significa transparencia y publicidad. La transparencia es la eliminación de un sistema gubernamental o la reserva del Estado, es una necesidad constante que la sociedad exige conocer los manejos financieros y económicos de sus gobernantes, en un derecho permanente que debe combatir a la corrupción pues los actos secretos muchas veces son la razón del enriquecimiento ilícito.

Finalmente el concepto de transparencia es básicamente un sinónimo del concepto de "rendición de cuentas", ya que la transparencia es una característica peculiar que abre los esquemas de organizaciones políticas y burócratas al escrutinio público mediante sistemas de clasificación y difusión que reducen los costos del acceso a la información del gobierno, pero un punto muy importante es que la transparencia no tiene que ver solo con rendir cuentas, ya que como gobernantes o funcionarios tienen la obligación de "rendir cuentas" con los ciudadanos, ó un destinatario en especifico, sino con la practica de colocar la información en un estilo de "vitrina publica" para que los ciudadanos interesados puedan revisarla, analizarla, y en su caso como mecanismo para sancionar en el caso de algunas anomalías en su interior.

La responsabilidad política es la obligación o responsabilidad de los gobernantes de dar cuenta de sus actos. Pero la responsabilidad política no transmite el significado completo del termino anglosajón, ya que se pueden ser responsables sin necesidad de dar cuentas a nadie. Se puede ser responsable sin ser responsable ante alguien. El gobernante absoluto, es responsable de sus actos de gobierno, pero no esta obligado a rendir cuentas ante nadie, mas que a si mismo, por lo tanto no existe un compromiso con nadie y debería ser obligatorio, por lo tanto la responsabilidad política no implica necesariamente la obligación de dar cuentas ni tampoco los mecanismos de vigilancia. El Control y fiscalización son mecanismos para supervisar los actos de gobierno, pero no solamente implican la responsabilidad de los gobernantes para informar de manera periódica sobre sus decisiones y acontecimientos. En este caso se trata de un proceso unidireccional en el cual el Parlamento o Contralor de Cuentas tiene a las atribuciones para solicitar la información y sancionar en caso de que no se proporcione.

MARCO CONCEPTUAL

Ética

Es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad. De aquí nace el concepto de moral que es el conjunto de normas, principios y valores que sin necesidad de coacción exterior rigen la conducta del hombre, estas son aceptadas libre y conscientemente, regulan la conducta tanto individual como social de los hombres. La moral es el objeto de estudio de la ética. Así enfrentamos varios problemas como lo son la valoración moral (Que es bueno y que es malo?), la obligatoriedad moral, la esencia del acto moral, la libertad, etc. Un acto se puede calificar como moral cuando se ha realizado en forma libre y consiente. Acá nace un concepto de la responsabilidad moral, que es la capacidad y la obligación moral que tiene todo individuo de responder por sus actos, sean estos buenos o malos.

Esta responsabilidad se debe cultivar y desarrollar en el sentido de considerar prudente el proceder antes de actuar, analizar detenidamente el contenido y alcance, prever sus consecuencias, juzgar su moralidad, cotejar la acción a las leyes, reconocer como propios nuestros actos, responder de todas nuestras acciones. Luego de estos conceptos podemos llegar a definir lo que es la ética profesional, que es la aplicación moral general a la conducta personal del hombre en el desempeño de sus actividades profesionales, es también un enfoque de las normas y principios generales de la moral hacia los problemas que se presentan en el ejercicio de la profesión. Como los casos concretos y problemas son distintos en cada profesión existe una ética profesional general y una particular adaptada a las distintas profesiones, como la ética comercial, ética medica, etc. y la que nos concita este trabajo la ética pública gubernamental, ciencia que estudia la moral en el ejercicio del Estado y las sanciones a sus faltas.

Moral

Relativo a la moral.

Ciencia que trata del bien de las acciones humanas en su bondad o malicia.

Que es de la apreciación del entendimiento o de la conciencia que no concierne al orden jurídico, sino al pleno interno o al respecto humano.

Corrupción:

Acción y efecto de corromper.

Vicio o abuso introducido en las cosas no materiales.

Acción de sobornar a un funcionario público.

Delito que comete el que abusa de su autoridad o confianza, promueve o favorece.

Transparencia:

Significa libre acceso a la información y el libre flujo de información. También implica acciones realizadas de conformidad con los fines estipulados en cuanto a contenidos y tiempos. La transparencia está basada en la apertura como valor y consiste en información y comunicación.

Responsabilidad

Significa asignar claramente quién debe lograr determinados resultados en un lapso definido de tiempo, de tal manera que se produzcan los impactos deseados y esperados en determinadas estructuras y procesos. También consiste en la optimización del uso de recursos en el logro de los resultados. La responsabilidad está basada en efectividad, eficacia y eficiencia, como también en valores, y consiste en información y comunicación, así como en análisis y evaluación.

Capacidad de respuesta

Implica la articulación y agregación de intereses para incorporar las demandas de la ciudadanía a los procesos de toma de decisión y asignación de recursos; también la evaluación de políticas, programas y proyectos a la luz de las demandas, intereses y necesidades de la ciudadanía. La capacidad de respuesta

está basada en la participación como valor y consiste en información, comunicación, análisis y evaluación, y en la anticipación o respuestas oportunas a las demandas o necesidades de la ciudadanía.

RECTA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Es sabido que la eficacia de la Administración Pública está estrechamente vinculada con las metas y sistemas que se utilicen para su control, pero existen elementos intangibles que por su naturaleza abstracta repercuten en términos muy importantes en ella. Entre ellos el respeto a los principios generales de la probidad administrativa adquiere un relieve singular. La Administración Pública no puede limitarse sólo al cumplimiento de sus fines, pues a su vez debe verificar sus logros con la mayor economía y eficacia, pero dentro de la normativa legal vigente y con el respeto debido a los principios de la ética administrativa.

En un Estado de Derecho se impone que la actuación de la Administración Pública se haga en base a criterios de probidad administrativa y en un sentido lo más amplio de probidad pública. Ello entraña moralidad, ética y rectitud en el obrar. Existen normas que consagran preceptos referidos hacia la probidad funcionaria, cuando se les impide actuar en asuntos donde hay interés directo o de parientes cercanos; cuando se les prohíbe recibir donativos o dádivas por el ejercicio de sus funciones; cuando se sanciona agravadamente el enriquecimiento ilícito de los agentes del Estado, entre otras.

Todas estas normas parten del supuesto de que la función pública exige sacrificios y que el patrimonio público no es ni de quienes lo administren ni de quienes deciden sobre él. Sólo deben guiar a las decisiones públicas y de gobierno el interés público, comprometido en la actuación. Los criterios de probidad importan en la formación de conciencia del individuo y aquellos que desempeñan labores en el sector público, deben demostrar en la tarea diaria un absoluto respeto a los valores que conlleva la ética funcionarial. La dedicación a la función pública no es sólo un medio de vida, sino una filosofía de ser y donde el funcionario se haga responsable de sus actuaciones, actúe bajo el prisma de la legalidad, se consagre debidamente a su trabajo, disponiéndose a vivir honradamente y en términos proporcionales a la retribución que la ley le señala. Es por ello que la filosofía de control actúa en la formación de conciencia obrando fundamentalmente por presencia. La probidad administrativa está inscrita en el control y debe concluir en ejemplarizadoras sanciones en aquellos casos donde el funcionario haya transgredido esos principios esenciales de moralidad administrativa.

La Administración es fiel reflejo de la sociedad y muchas veces cuando un agente público olvida los principios de probidad esenciales es porque alguien o algo lo induce a ello. Las acciones inescrupulosas de particulares económicamente más poderosas, las malas o paupérrimas retribuciones de los agentes públicos conllevan también, y sin duda, a estos ilícitos. Pero sin perjuicio del fundamento ético que conlleva el control de la actuación administrativa en cuanto a que ella sea efectuada siguiendo principios de regularidad legal, contable y de eficiencia, la función fundamental de los órganos de control no es sancionadora, sino ella es y debe ser siempre preceptiva. En esta faz, haciendo un control oportuno concomitante y produciendo recomendaciones, es donde se preserva en mayor medida el patrimonio público y el interés de los administrados.

La razón de la existencia del control se basa en el principio general del Derecho que impone al administrador de bienes ajenos la necesaria rendición de cuenta y razón de su gestión. El Control Público dentro de este contexto, se basa en la soberanía, ya que es la nación depositaria de esa soberanía, quien tiene interés de saber cómo se invierten y administran los fondos públicos que ha aportado y cómo las autoridades y funcionarios de las distintas instituciones de gobierno han cumplido la gestión encomendada. Los gobernantes son representantes de los ciudadanos y éstos tienen derecho a exigir una conducta moral y ética, y a pedir rendición de cuentas de los primeros. Todo ello ha influido sin duda en la valorización ética del comportamiento político y público. Pero debemos señalar que muchas veces debemos distinguir entre la acusación fundada y la denuncia maliciosa y mal intencionada que tiene como propósito desprestigiar al adversario político o algunas veces a quien detenta el poder legítimo.

Desde esta óptica hay que resaltar la decisiva influencia que en este tema tiene hoy la presencia de los medios de comunicación. Esto crea una nueva actitud en los ciudadanos. Antes las noticias eran patrimonio de pocos, hoy nadie escapa a ellas. La publicidad de la vida interna de la política y de las acciones de gobierno atrae a los administrados, provocando la divulgación y la pública discusión de los actos de funcionarios del Estado. Es quizás la denuncia pública y la difusión de actos abusivos, arbitrarios y delictuosos de los agentes públicos, uno de los instrumentos que con los medios de difusión masivos con que hoy se cuenta (prensa, radio, TV, telecomunicación, informática, digital, en línea, creativos, foros), producen mayores efectos para combatir el fraude y la corrupción de los órganos del Estado.

La naturaleza política y electoral que afecta por ejemplo, a la selección de candidatos carentes de representatividad para puestos de elección popular; vicios en los procesos electorales; uso y abuso del poder público para influir en las campañas políticas. Otra forma es la eventual corrupción de los cuerpos de policía, situación especial que es preocupante porque afecta a instituciones cuyo propósito es, precisamente, proteger al ciudadano de los abusos de terceros. Si bien es difícil apreciar cuál forma de corrupción en el servicio público puede ser de consecuencias más negativas, es indudable que aquella que se manifiesta en los altos niveles de los poderes públicos produce un daño más perdurable en la sociedad. Se han ensayado numerosas formas de combatir con éxito a la corrupción en el servicio público y en la sociedad en conjunto. Cada una implica sus propios riesgos, obstáculos y aciertos.

Cuando un Gobierno decide combatir el soborno y exponer a la luz pública los casos notorios, una parte de la opinión pública aplaude la determinación, pero la mayoría, más que reparar en la importancia de la decisión política de combatirla, tiende a calificar a toda la clase política como clase corrupta. Combatir abiertamente la corrupción genera la imagen de que el sistema está mal, que quienes la combaten hoy la fomentarían mañana, que la intención de atacarla es más una estrategia política que una decisión de transformación estructural y de fondo.

Quienes deciden combatir la corrupción, deben estar ciertos que, por ignorancia o por mala fe, habrá la tendencia de calificar a ese Gobierno y a esa sociedad no en términos de su voluntad para erradicarla, sino por la existencia del fenómeno. A pesar de ese riesgo, que en ocasiones puede ser sumamente alto para un Gobierno comprometido en el combate a la corrupción, éste deberá seguir adelante y tomar todas las medidas posibles para lograr su cometido.

Los obstáculos que se presentan para la implantación de una política pública de combate a la corrupción son numerosos. En primer término, la opinión pública ciudadana, sobre todo la menos ilustrada, considera que la única forma de atacar el mal será mediante la sanción corporal, es decir, la privación de la libertad a los corruptos. Las formas jurídicas y administrativas de naturaleza preventiva no tienen impacto en la opinión pública y equivocadamente se considerarán insuficientes para luchar contra el fenómeno, a pesar que como dijimos son las esenciales.

Otra dificultad surge de la presión que generan los medios masivos de comunicación que, en ocasiones impensadamente, transforman el combate a la corrupción en una auténtica "cacería de brujas", con lo cual una política pública de contenido cualitativo importante se convierte a los ojos de muchos en un instrumento de revancha política. Otros obstáculos más difíciles de superar, tal vez, nacen de la oposición y resistencia que se genera entre los grupos afectados. Sectores de profesionales, grupos empresariales que se benefician de las prácticas públicas irregulares, sectores de los medios de comunicación con nexos en los altos niveles políticos y el instinto de supervivencia de los grupos funcionariales que laboran en los órganos públicos y gubernamentales afectados por el fenómeno, usualmente reaccionan siguiendo un "espíritu de cuerpo", que niega la posibilidad de cualquier sanción.

Entonces las filas se cierran, se critican los procedimientos, se atribuyen motivaciones políticas a las acciones, se hacen contra acusaciones de persecución grupal, se duda de las intenciones, en fin, se llega al extremo de implicar que la corrupción se la combate con más corrupción. En ocasiones, la lucha contra este mal social se torna compleja por el andamiaje jurídico y los procedimientos de la administración de justicia a la que hay que atender.

No siempre la verdad legal coincide con la realidad o con los hechos. Probar fehacientemente ante los Tribunales de Justicia la existencia de actos contra patrimoniales públicos que atentan contra la probidad administrativa – más allá de la sombra de una duda razonable – con pruebas documentales o testimoniales que legalmente reúnan requisitos probatorios estrictos, no resulta tarea sencilla.

La opinión pública, se pregunta cómo es posible que no se actúe en contra de tal y de cual personaje, quien notoriamente es corrupto; cómo es posible que las autoridades encargadas señalen que no pueden fácilmente reunir los elementos legales suficientes.

La existencia de estos obstáculos, y otros más, deberá contrarrestarse buscando estrategias particulares. Pero un aspecto del problema que no debe olvidarse jamás a nuestro entender y este se refiere a que en materia de combate a la corrupción el fin no justifica los medios, pues no hay más camino para combatirla que el apego estricto a las disposiciones jurídicas. Nunca debe caerse en la tentación de combatir a los corruptos con medidas o métodos que no sean estrictamente los que señala el estado de derecho.

De ahí que algunas fórmulas de prevención de la corrupción estarían dadas en la revisión de los ordenamientos legales que regulan la conducta de los servidores públicos, con el fin de prevenir la deshonestidad, la ineficiencia en la Administración Pública, exigírseles a los servidores públicos honestidad, lealtad, eficiencia, responsabilidad, transparencia en el manejo de bienes y servicios, la eliminación de prácticas de nepotismo.

En general, la legislación define cuatro tipos de responsabilidades a las que puede estar sujeto un servidor público: la responsabilidad política, la administrativa, la penal y la civil. La ley debe fijar a los servidores públicos, un código de conducta que defina las obligaciones políticas, las administrativas, las penales y las civiles; los medios eficaces para identificarlas, las sanciones y procedimientos para prevenirlas y corregirlas.

Por último quisiéramos señalar, que el verdadero combate a la falta de probidad es de un resultado final que se traduce en un cambio profundo de actitud mental, de reconocer que la ley se cumple por convicción y no sólo por obligación.

El servidor público se transforma así no en un posible corrupto o corruptor, sino en funcionario digno y orgulloso de una tarea que realiza para atender los intereses de la colectividad, debiendo ésta reconocerle su conducta honesta, responsable y transparente en medidas sociales, económicas y morales.

IMAGEN INTERNACIONAL

En la situación actual de globalización, los países en desarrollo tercermundistas como los de América Latina, están obligados a seguir a las redes transnacionales, debido a las altas deudas externas que estos mantienen, y que los obliga a mantener una imagen internacional acorde a las exigencias de la convivencia a nivel mundial, para así lograr un crecimiento (ya sea por nuevos créditos y/o inversiones extranjeras) como por los tratados internacionales que estos puedan lograr. Es por esto que el gobierno desde su dirección central, debe intensificar la fiscalización, transparencia y control de su administración para lograr credibilidad a nivel internacional, y satisfacer de manera plena las necesidades sociales.

MARCO LEGAL

La constitución es un texto o documento solemne que contiene el estatuto supremo, es decir la ley superior que por una parte contiene disposiciones que regulan la estructura básica del Estado, comprendiendo la organización, establecimiento y atribuciones de sus poderes y órganos públicos, y por otra regula las normas de reconocimiento y protección de los Derechos Fundamentales de los ciudadanos. Es así como la concordancia de la organización administrativa con la Constitución Política del Estado tiene como consecuencia al Estado de Derecho. Dado de esta forma los servicios públicos deben respetar los principios constitucionales, y ellos deberán hacer efectivas las garantías constitucionales, procurando que su acción, no coarte los derechos de los administrados.

Propuestas

Un Estado moderno es la mejor barrera contra la corrupción. No sólo es importante un Ejecutivo eficaz y trasparente, sino también un cuerpo Legislativo deliberativo y fortalecido en sus funciones de control político, y una Justicia capaz de investigar y sancionar. La existencia de voluntad política en los poderes públicos es esencial para acabar con la corrupción. Igualmente lo son las medidas para:

  • Eliminar los tramites incensarios.

  • Estimular la competencia.

  • Las disposiciones para dar transparencia a la administración pública.

  • El reconocimiento efectivo de los derechos de petición e información.

  • El de motivación y publicidad de los actos y decisiones publicas.

  • El fortalecimiento de la responsabilidad en la administración.

  • La lucha contra la corrupción a través de la modernización de la función publica.

  • La existencia de un sistema adecuado de selección de los empleados basado en el principio del mérito, el reconocimiento de salarios competitivos y los estímulos a la productividad.

  • Incluye también los buenos regímenes disciplinarios.

  • La transparencia en reglas de juego claras en la actividad contractual del Estado.

  • El efectivo control y transparencia de las actividades de los partidos políticos, el escrutinio de sus finanzas y el de las campañas electorales. 

  • La tipificación de todos los delitos de corrupción, sus sanciones y los mecanismos de control para lavado de activos.

El Sistema Trasparente en la Administración Pública ha de basarse en lo siguiente:

Voluntad Política – Puede satisfacernos que el tema de la corrupción en el Estado ocupa un lugar importante en todas las campañas políticas de los últimos tiempos.

Un Sistema de Sanciones Efectivo – En este particular no nos referimos solamente a un poder judicial sólido y funcionando, sino también a un marco legal y normativo que haga posible castigar a los corruptos. En especial los casos más graves. Debe erradicarse la impunidad y la sensación de impunidad dado que la misma restringe la participación ciudadana y favorece a los corruptos.

 Ciudadanía Involucrada  – Posibilidades de
participación en el diagnóstico de la situación. Para ello
es importante la creación de ámbitos adecuados para la recepción
de denuncias donde los ciudadanos puedan aportar la información de que
disponen. Es indispensable la difusión de esos ámbitos y que los
mismos sean confiables para la ciudadanía, respetando el anonimato cuando
así sea requerido. En este orden están cumpliendo un papel relevante
las organizaciones no-gubernamentales. Sin embargo, sólo funcionará
el sistema educando a la sociedad sobre las funciones y roles de las instituciones
públicas y sus funcionarios, para que exijan que cumplan con su cometido. 

Prevención – Concentrarse en la identificación y saneamiento de los sistemas que permiten la concreción de maniobras corruptas. Ese saneamiento de sistemas implica dotarlos de rutinas más eficientes, donde los funcionarios tengan discrecionalidad sólo en aquellos casos excepcionales, que su actuación este restringida a la ley y que deban responder por su accionar.

DECÁLOGO DE LA PROFESIÓN DE SERVIDOR PÚBLICO

DIGNIDAD. – Con una conducta ejemplar, guiada por una conciencia recta y responsable, es portador de la dignidad de su profesión.

 VERDAD. – Su formación intelectual y moral
no le permite bajo ninguna circunstancia faltar a la honradez y veracidad.

 SERVICIO. – Manifiesta un real y honesto espíritu
de servicio publico como corresponde a su profesión.

 SOCIABILIDAD. – La relevancia de su actuación,
radica en función del beneficio de servicio público a la sociedad.

 COMPAÑERISMO. – Es indispensable en cuanto
que el intercambio de criterios y opiniones entre colegas enriquece siempre
la actividad.

 LEALTAD. – Cualidad difícil pero determinante,
con ella se ofrece no únicamente amistad y compañerismo, sino
cuanto sabe y puede hacer por quienes les rodean.

 RESPETO A OTRAS PROFESIONES. – Inter – profesionalmente
respeta los principios de otras disciplinas y realiza coordinación Inter
– institucional, pero conservando su propia libertad de interpretación.

SECRETO PROFESIONAL. – A excepción de la moral o de la ley, en contadas ocasiones, la norma administrativa, lo obligan a mantener el secreto profesional de su actuación de servicio público.

 REMUNERACIÓN. – Sus emolumentos y salarios
se ciñen a las normas legales o institucionales.

 INSTITUCIONALISMO. – Atiende constantemente tres
aspectos primordiales, relacionados con las instituciones: como ámbito
de convivencia entre compañeros, como órgano de defensa de sus
legítimos intereses, y como instrumento de servicio publico a favor de
la sociedad en general, por la administración de la cosa publica (Republica),
todo ello por medio de la exigencia y el compromiso de una prestación
profesional, competente, eficaz, honesta y responsable.

 NECESIDADES DE LA ACTIVIDAD DEL SERVIDOR PÚBLICO:

Dedicar rubros importantes de la economía nacional y el presupuesto del Estado a los diferentes programas, proyectos y políticas públicas.

Crear un verdadero servicio de carrera administrativa de servidores públicos de la administración del Estado en el cual los integrantes tengan alternativas viables de desarrollo profesional en todos los aspectos mediante:

  Salarios dignos en base a competencias.

  Horarios de trabajo adecuados.

  Posibilidades reales de estudiar y ascender en todos los aspectos.

Despolitizar la gestión publica y acceder a las posiciones de servidor publico de acuerdo a concursos públicos por vía de los Departamentos de Recursos Humanos con base a la selección de puntajes por méritos, experiencia, preparación académica, capacidad profesional, y no por amistades o relaciones políticas.

 Funcionalidad efectiva de los Departamentos de Contraloría Interna y Tribunales de Cuentas para un debido control de las cuentas y los recursos públicos.

 Sistemas de evaluación continua y estándares de calidad de la gestión de los servidores públicos.

Crear un Ministerio de la Administración Publica que garantice
una verdadera carrera administrativa del servidor publico desde una perspectiva
profesional y científica, coordinando a todas las instituciones de la
Administración del Estado. 

  • Despolitizar el sistema de carrera administrativa del servidor publico
    de la Administración del Estado. 

  • Eficiente procuración de justicia y procedimiento administrativos,
    terminando con la excesiva burocratización. 

  • Crear instancias reguladoras que garanticen la función de
    las instituciones para evitar la acumulación o monopolización
    de poder (Ministerio de la Administración Publica, Tribunales de
    Cuentas, Procuraduría de la Administración, Parlamento y Tribunales
    Administrativos). 

  • Revisar y evitar en lo posible la impunidad de la que gozan políticos, legisladores, gobernantes, ejecutivos y servidores públicos, en cuanto quienes abusan del poder llevando a la sociedad muchas veces a profundas crisis, en beneficio de los privilegios propios de socios y clanes de poder.

BIBLIOGRAFIA

Aristóteles, (384/383- 322 a.C.) En: Diccionario de Filosofía Soporte digital, Editorial Herder, Barcelona, pp.1, 4, 6. Material fotocopiado. Facultad de Filosofía La Habana, 2005, p. 8.

Libro de Juan Arias: Fernando Savater: El arte de vivir, Editorial Planeta, Barcelona, España 1996, p. 174.

Victoria Campos. Virtudes Públicas. Editorial Espasa Calpe. Madrid, España 1990, pp. 197, 204.

TRATADOS

  • Convención Interamericana contra la Corrupción (Organización de Estados Americanos – OEA).

  • Convención Internacional contra la Corrupción (Organización de Naciones UnidasONU).

  • Convención Universal de Derechos Humanos (Organización de Naciones Unidas – ONU).

Por una ética de la gestión pública

La mayor complejidad  para acercar la ética y la gestión
pública es el desconocimiento epistemológico de la naturaleza
no científica de los constructos que intentan hacer una reflexión
seria de los quehaceres que les ocupan. En el trabajo se indagan las posibles
ideologizaciones que se alojan tanto en una y otra disciplina, para proponer,
a guisa de apuesta, que si se asume la inmersión de ambas en el discurso
capitalista se las flexiona a favor del primero. Sólo la subversión
del espíritu crítico haría posible remontar los individualismos,
previo reconocimiento de la esencia cultural de lo humano, para, desde allí,
encontrar las vinculaciones más legítimas posibles, lo que se
ejemplifica con los ingenios filosóficos de Margalit y Freud.

1.- Uno de los temas de mayor complejidad que se pueden abordar dentro
de los marcos de una epistemología operacionalizada con rigor es el que
nos interesa. y entre las complicaciones no menores está la vastedad
textual que se ocupa de la vinculación, a la postre, semiótica
de ambos signos, la ética y la administración pública o,
si se prefiere, la gestión pública. En la presente apuesta, se
ha renunciado deliberadamente a la efectuación de un estado del arte
del asunto, por su eventual longitud o porque en su brevedad abortaría
el propósito de hacer sentido con dicha mirada. Antes bien, se ha intentado
reflexionar sobre ambos constructos culturales y de su unión, para advertir
de las variadas impropiedades que pueden devenir de una consideración
apresurada de sus naturalezas. Es de este mismo ángulo desde donde se
puede observar las posibilidades para un desborde de discursos meramente retóricos
casi omnipresentes en tanto se mencione a lo ético  o a la Ética
como uno de sus articuladores, relevando el papel de una ética anudada
a la gestión  pública, cuestión decisiva para proyectar
nuestros países a niveles de desarrollo real, en la superación
de mitologías cargadas de auto referencia.

CUESTIONES DE SUJETO Y OBJETO

2.- Cuando se aborda la expresión ética surge un problema semiótico más que inquietante: ¿qué es la ética? La polisemia del término es indubitable o, en una perspectiva todavía más abstrusa, si se acepta de acuerdo a Lacan la primacía del significante sobe el significado (S/s): la ética  como Ste. desliza bajo sí un multiplicidad de significados.  En efecto, la penetración de un enunciado en que se contenga la expresión  ética evoca inconscientemente ora el tema de la no resuelta cuestión de ética versus moral, la ética como una disciplina que estudia lo moral, la ética como un programa axiológico o, "last but not least", un reenvío a la codificación o codificaciones éticas presentes o mentadas como necesarias en su ausencia. Con todo, es imprescindible anotar que el peso del significante que nos ocupa es enorme, pese a su polisemia, y se hace gravitante e insistente en los discursos contemporáneos.

3.- Un breve resumen de nuestras investigaciones, básicamente desarrolladas  a propósito de los Congresos de la Sociedad  Chilena  de Enseñanza de la Ingeniería (Burotto, 2001 2004, 2005, 2006, 2007) apuntan a entender que desde los albores de la ética en tanto cuanto disciplina con los aportes platónicos y de Aristóteles, existía una dificultad no menor para que dicha disciplina adviniera a un estatuto científico, basculando, como lo insinuáramos más arriba, entre la idea de constituirse en un corpus de investigación – cual  sujeto – de una sociedad que maneja valores o constructos morales- conjunto de objetos – y, del otro lado, en hacer una serie de  proposiciones axiológicas para llegar constituir un programa de lo que debe ser. Eclipsada esta visión en el Medioevo bajo la intensa visión  de la Escolástica, la idea de una disciplina cede, en el hecho, a la instauración de una serie de programas morales que por de pronto eran, acordes con los paradigmas que a la sazón articulaban una teología como supremo saber – tributarias del ideario cristiano: la generación de la institucionalidad inquisitorial, pese a nuestra perplejidad actual, puede haberse hecho factible ante una identificación de lo ético con lo religioso, factor éste que, adicionalmente, era apuntalado por la fuerza.

4.- El arribo del antropocentrismo y los trabajos de Descartes y Bacon, el nacimiento de la burguesía y la transformación del modo de producción feudal, la bienvenida a la razón como el "summum  bonus" de los quehaceres humanos, hicieron el pasaporte a la modernidad; desde la cátedra y en más de algún texto hemos propuesto que ésta se soporta en cuatro pilares básicos, a saber, la omnipresencia de un yo autónomo, o un yo imperialista – "cogito ergo sum" -,  la noción de que a la humanidad le acompañará un progreso insoslayable; la ciencia como proveedora de certezas definitivas y, finalmente, la ética como disciplina y programa universal y universalisable. Con el tiempo transcurrido desde que estas reflexiones fueron pergeñadas, no nos asalta ni la menor duda que más allá de la validez que pudiere otorgársele al cuaternario producido éste se constituye en un sistema sin compartimentos estancos entre sus elementos: las ciencia como constructora de certezas es impensable sin la idea de una razón omnipotente o sin el acicate de un progreso en perpetuo ascenso o la idea de una ética universal sin una apuesta por un yo plenamente autónomo o sin una historia conducida por el progreso – en donde por lógica y obvia consecuencia si yo estoy en una cumbre tengo derecho a especular a despecho de las creencias de quienes he superado y, por lo mismo, estoy en condiciones de endilgar por los rumbos de mis convicciones que, además, en su racionalidad declarada pudieren aspirar al estatuto de ciencia. Es Immanuel Kant, el que logra configurar este proyecto en donde se reemplaza el bienestar aristotélico por el bien, condenando cualquier afán empírico en pro de levantar un encomio ideológico al deber ser.

5.- De alguna manera, es posible convenir que la modernidad a partir de cierto lapso, en los comienzos del siglo XX, empieza a experimentar la vulnerabilidad de sus cuatro basamentos o, expresado de otra manera, la erosión de los mismos. El yo autónomo se flexiona violentamente en el discurso freudiano, con la consolidación del mismo en la relectura hecha a partir de la década de los 50 por Jacques Lacan. La ciencia como saber supremo se disuelve con las alteraciones profundas de la cadena de las invenciones modélicas que podrían ser alegorizadas en la figura ejemplar de Kurt Gödel, con los respaldos epistemológicos de Thomas Kuhn, Kart Popper, Michel Foucault o Edgar Morin. La noción de progreso auto persuadida de que la humanidad va de un menos a un más, podría ser cuestionada con una lectura de trabajos sobre la cultura, verbigracia, de Claude Lévi-Strauss.

6.- Finalmente, la ética kantiana recibe un primer espolonazo teórico considerable en la contundencia de la escritura nietzscheana con una postura que plantea a la moral a merced de los cambios paradigmáticos de la cultura vehiculados al través de los significantes y los deslizamientos a los que aludíamos más arriba. Esta primacía del significante es precisamente antipódica a las proposiciones de Kant en las que se apuntaba a la lógica de un significado perenne amarrado en el deber ser.

7.- Rematemos con el tema ético-moral: en lo factual, las tres grandes catástrofes del siglo veinte, las dos guerras mundiales y sus desoladoras particularidades y el estalinismo terminan por erosionar la idea de un programa ético universalisable o, escrito de manera distinta, la ética  kantiana -o todas aquellas con pretensiones Hegemónicas- revela que a nivel general ha perdido toda vigencia. Sin embargo, cabe destacar que a nivel de los individuos tributarios de las influencias ideológicas actuales, ciertos perfiles de dicha construcción cultural siguen perfectamente vigentes.

8.-Lo anterior, obliga a un pensamiento acaso obligatorio: si bien es cierto que la modernidad a nivel epistemológico parece sobrepasada, en el plano ideológico en el sentido peyorativo enunciado por Richard Geuss –ideología es aquí aquella que apuntala a un sistema de poder opresivo- ella sigue persistiendo a lo menos en la creencia en un progreso indefinido y en un apego a una ética que desde su raíz kantiana parece favorecer un indudable individualismo, al menos en vastos sectores de occidente.

9.- Volviendo a mediados del siglo XX, ante la devastación de una ética sostenible para un mundo extenuado ante el fenómeno, se implementan dos salidas. La primera, de orden político, consiste en reflotar la idea de un catálogo jurídico de orden planetario que pudiese impedir la repetición de catástrofes tales como la "Shoá"o las mismas guerras mundiales, lo que queda reflejado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, suscrita unánimemente por los, a la sazón, representantes de la totalidad de los países de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948. Tal catálogo por razones de soberanía nacional no recibió sino un apoyo parcial y fragmentario de las legislaciones particulares y no ha permitido la plena instauración de un tribunal internacional que condene las violaciones de los DD HH -de otro lado, abundantes y dramáticas hasta la fecha- con lo cual su eficacia ha sido en alguna medida menor. Con todo, es una pieza de ética de gran interés y que significa un referente constante en el plano moral con el valioso correlato de organizaciones no gubernamentales y movimientos nacionales e internacionales.

10.- En el plano del pensamiento, los emprendimientos más importantes en orden a escapar del anudamiento de lo ético moderno han sido los de Martin Buber y Emmanuel Lévinas, quienes, partiendo de convicciones no siempre idénticas, han entregado como imprescindible la necesidad de una ética dialógica en donde el yo sólo cobra sentido frente a tú (Buber) o en donde yo soy el responsable de todo otro (Lévinas). Se trata de advenir al sentido sí y sólo si el otro está plenamente legitimado en el discurso de la mismidad de quien le acompaña como habitante de un topos ineludible, el mundo.

11.- Esta gruesa reflexión antecedente para quebrar todo intento de idealización de lo ético y para entender, quizá, que es imposible usar el significante ético o ética sin la obligatoria prescindencia de todo positivismo. La ética es, en si misma, reflexión sobre un objeto, la moral, es un catálogo y/o un programa para las moralidades deseables pero también es un objeto de disciplinas que deseablemente deben estudiarla y, de acuerdo con Nietzsche, cuestionarla sin pausa.

12.- Respecto de la administración pública o, ya lo escribíamos, la gestión pública, como validada  por una suerte de "ciencia o ciencias de la administración ", la discusión epistemológica sobre la esencia de la misma no es, de verdad, una cuestión. En el hecho, sin entrar en el ya añoso asunto de si las denominadas ciencia sociales o ciencias humanas, es altamente improbable que una disciplina que sólo describa hechos, pese al empeño de tal encomienda, sea una ciencia, tal y como no lo son ni el derecho, la psicología o la educación. Es benéfico el declararlo, en tanto cuanto no se desnaturaliza ni la ciencia ni un quehacer de relevancia como sí lo es la gestión pública. Abreviando, la gestión pública examinada como un producido cultural es en sí misma un objeto de estudio que, con la mediación de sus agentes, puede reflexionarse a sí misma, como o hace la albañilería, la cartografía o la mecánica automotriz. A su turno, las  denominadas ciencias de la administración hacen una suerte de análisis comparativo conjugando en el análisis, verbigracia, ciertos rasgos comunes de la empresa privada y la empresa pública. De tal manera, que sin que lo expuesto sea agraviante sino quizá sincero, la gestión pública puede ser pensada desde el conocimiento de la operación gestional, sea por el mismo operador o por quien conociendo de los actuares en este campo, hace la morfología procedimental y las relaciones entre los componentes de los subsistemas en estudio, aunque en un mecanismo obvio existe un reenvío a un supuesto saber, las ciencias de la administración o, como algunos acotan, a la ciencia de la administración pública.

13.- Respecto de la expresión supuesto saber, estamos dilatando la expresión lacaniana "SsS", Sujeto supuesto Saber, que consiste, groseramente anotado, en que el lazo de la transferencia se posibilita en tanto cuanto el analizando cree que el analista saber lo necesario para proceder a la cura que el anhela; por su lado el analista no sabe sino que realiza su labor de escucha abandonándose a una intuición. En el caso en estudio, el operador y simultáneamente estudioso de los procesos gestionales, intenta su hallazgo (la "cura" que dispense sentido a sus afanes)  suponiendo que quien le escucha -la ciencia de lo administrativo- le interpele científicamente porque, se supone, él sabe lo necesario, lo que desde un punto de vista epistémico no es así.

14.- Una clarificación de nuestro punto de vista, puede otorgarla la lectura atenta del  trabajo del profesor Omar Guerrero (Guerrero, 2001) "Nuevos Modelos de Gestión Pública". El texto intenta presentar el estado del arte de la introducción planetaria de conceptos o, más precisamente, de nomenclaturas y lexicologías que bosquejan en su diseminación la importación de saberes generados en los protocolos disciplinarios del emprendimiento privado. Nuestro autor a lo largo de su exposición primero cohonesta la introducción del "management"anglosajón con el "mégement"francés  que, como lo explica, tiene una filología que los vincula y, por lo mismo, semióticamente hace factible en las dos tradiciones una suerte de validación de la una a la otra. Luego de este exordio, el planteo es esquematizar la declinación de una tradición meramente burocrática de raigambre weberiana hacia un modelo posburocrático nacido de la influencia de una contemporánea gestión en la que se importan, fruto de la globalización, rasgos obviamente traídos del seno de las esferas privadas. De manera taxativa se escribe "Cada administración pública individual debe quedar uniformada bajo un patrón universal, formado por cinco rasgos prominentes: el mimetismo de la empresa privada; la incorporación del mercado como proceso de confección de los asuntos públicos; el fomento a la competitividad mercantil; el reemplazo del ciudadano por el consumidor; y la reivindicación de la dicotomía política-administración, sublimada como la antinomia policy-menagement." (Ibid: s/n) Casi al rematar el texto y a propósito del denominado modelo posburocrático -que se apoya en "términos como cliente, calidad, servicio, valor, incentivo, innovación, empoderamiento (empowerment) y flexibilidad"- Guerrero afirma que "supone una etapa progresiva y superior desde el paradigma burocrático, está formado por los siguientes pasos: del interés público a los resultados que aprecian los ciudadanos; de la eficiencia a la calidad y el valor; de la administración a la producción; del control a la consecución de la adhesión a las normas; más allá de las funciones, la autoridad y la estructura; de la imposición de la responsabilidad a la construcción de la rendición de cuentas; de la justificación de costos a la provisión del valor; más allá de las reglas y de los procedimientos, y más allá de los sistemas administrativos en operación." (Ibid: s/n)

15.- Ante la ausencia de afirmaciones que contengan juicios de valor en pro o contra de estas nociones supuestamente nuevas, no cabe duda alguna que el autor desea consignar una realidad como insoslayable y, por dicha razón, queda excluida la sospecha metodológicas que ellas sean puestas en cuestión. El resumen evidenciado deviene, así, de la textualidad técnica hacia lo que podría sindicarse como un proclama ideológica. En consecuencia, las validaciones que se proponen son referentes del sistema político económico vigente y planetario, a saber, el FMI, el Banco Mundial y la OCDE.

16.- Es plausible colegir de la lectura que hay, a lo menos, dos conclusiones que no importan mérito o deméritos axiológicos: el texto en estudio no es un discurso científico sino ideológico y político; la siguiente es que se incursiona en un área sancionada  por el discurso capitalista, con todo lo que ello significa para cada cual y lo que implica a partir de un examen técnico de lo ético en la contemporaneidad. Por fin, no es ocioso el traer a colación la compleja cuestión del sujeto y objeto: el sujeto que analiza la gestión pública es tributario, a menudo, de convicciones que lo anudan ideológicamente al objeto en estudio. Esta falta de distancia epistemológica no anula el intento pero implica un cuestionamiento del tercero que observa el proceso investigativo en curso. Es lo que hacemos con el texto de Guerrero: este sujeto anclado en su objeto, esta dupla es, para nosotros, un nuevo objeto de estudio y así, sucesivamente.

17.- Si se nos permite el expediente de una osada brevedad afirmemos, en una escritura más filosófica que de otra naturaleza, que las proposiciones sobre lo ético en tanto cuanto disciplina anotadas con anterioridad, están perfiladas en el seno de una élite que conforma un saber de punta de las mayores autoridades en el tema a lo largo del tiempo. Pero debería precisarse que a nivel del usuario común y corriente, en el campo de la doxa y no de la episteme -para recordar a Platón– la modernidad no nos ha abandonado y en vastos sectores de la comunidad, el progreso y un ética de raigambre kantiana sigue siendo el vademécum de actitudes y, consecuentemente, de acciones y de resultados conductuales en lo grupal que hacen red con otros tejidos de las mallas culturales que condicionan y, tantas veces, entrampan a los sujetos.

18.- El psicoanalista Rolando H. Karothy en un texto relevante (Karothy, 2005) expresa "La transformación de la ética de Aristóteles efectuada por Kant consiste en la separación entre el bien y el bienestar, separación que resume el valor de la subversión producida por el filósofo Königsberg. La ética kantiana es una ética sacrificial pues se desarrolla dejando de lado todos los "objetos patológicos", es decir, los objetos del bienestar, de modo tal que sacrificándolos el sujeto esta solo frente a la ley, pero no ante los contenidos de una ley sino ante su forma. Cuando se sacrifican todos los objetos de bienestar el sujeto queda solo y enfrentado a la voz del superyó. En esta ética se preanuncia el discurso capitalista pues esta posición nos advierte sobre el modo en que el mencionado discurso propicia que cada uno este solo con su plus-de-gozar. Se trata de un planteo donde lo universal sacrifica lo singular pero, sin embrago, da lugar al individualismo. Esta es la paradoja que se refleja en el discurso capitalista pues en esta forma de lazo social todos están universalizados en función del consumo que el mercado ordena, pero cada uno a solas con su plus-de-gozar, con los objetos de consumo del mercado que Lacan llamo lathouseso "letosas" palabras que rima con ventosas, es decir, objetos que funcionan como verdaderas aspiradoras del deseo y que prometen un goce. Estas "letosas" funcionan con una particularidad: se ofrecen como modelo de satisfacción del goce para todos, es decir, con la pretensión de universalizar las condiciones de goce que, sin embargo, no son universalizables pues el goce del Otro no existe. De esta manera se produce la proletarización de los sujetos que quedan convertidos así en individuos sometidos a esta estructura"(…) "La expresión lacaniana "todos proletarios" índica la proletarización del sujeto cuando se convierte en individuo sometido la mercado, pero es claro que, como algunos pueden consumir más que otros, no resultan todos iguales" (Karothy, 2005: s/n).

19.- Los conceptos de Karothy, que suscribimos, apuntan a lo que en un momento estelar del pensamiento Elías Canetti denominara masse, masa, que es la pérdida de la individualidad para hacerse maleable al poder. Estamos habitando el tiempo en que se enseñorea lo que Alain Finkielkraut mentara  como la derrota del pensamiento. Acaso no pensamos en las elites filosóficas pero sí en los grupos dirigentes y en los consumidores. Es en esta masa en donde se gesta la proletarización lacaniana ya aludida.

20.- De igual, y como lo analizábamos en la sección primera de este trabajo y a propósito de un trabajo del profesor Omar Guerrero, la gestión pública en tanto operatoria y labora concreta se inscribe en el mundo que, a su turno, es tributario de un discurso pergeñado en el seno del segmento de los privados. Toda la nomenclatura, lo recordamos, que arriba al gestor público es importada desde ese exterior en donde la eficiencia y la eficacia, la meta y el logro, el marketing y el mercado son sus signos más emblemáticos. Objetivamente, hay un respaldo ideológico venido desde la economía que con autores como Friedman y Hayek ha llegado a semejar como una red epistemológica validada, en un diseño en que el Estado parece reducir su tamaño para abrir espacios a un mercado sabio y regulador, con la fantasmática presencia de la "mano invisible" de Adam Smith. Desde allí que parece coherente el traslado de tal semiología y tal semántica a campo público.

21.- El tema es ahora si, como se sospechara más arriba, la reflexión que se vuelca en la gestión pública está en curso de no ser sino una afirmación en cubierta para validar lo que el objeto proclama, sin entrar al cuestionamiento del objeto. Con todo, se genera indubitablemente un saber. Los saberes, profundamente asumidos por los sujetos, son respetables en cuanto están cargados con unos procedimientos que aseguran el respaldo de la razón, esto es, con una voluntad de observar lógicamente, coherentemente, los fenómenos y las cosas, aquí el manejo de la cosa pública, su gestión. Esta problemática -porque lo es- es parecida a la que acontece en otros saberes que se forman y conforman en la mirada especular: el derecho, la sociología o la misma economía.

22.- Esto genera suspicacias y querellas, puesto que así contemplado el fenómeno discursivo podrá estar condenado a su invalidación e incluso a la resignación filosófica de que ellos no valen o, expresado de otra manera, que son desechables. Michel Foucault,  en cambio, nos enseñaría que el estudio de los registros civilizatorios ameritaban lo que el llamara la arqueología del saber, esto es, el seguimiento de la estructuración de aquello que aunque no consagrado era, no obstante, un segmento que pegado a otros constituiría o posibilitaría la consagración ante el mundo de un verdadero saber. Esto a guisa de comentario adicional para evitar las descalificaciones ejecutadas con premura y prejuicio. Es imperativo recuperar los procesos que aunque no científicos o simplemente doxológicos, tienen detrás de sí ni más ni menos que al sujeto humano y, claro está, sus anhelos, sus visiones y proyectos, sus aciertos y caídas.

23.- Hace menos de una década, J.A. Miller y otros hemos comenzado a trabajar un modelo, gestado en la que podríamos nombrar como la epistemología psicoanalítica, que comprende virtualmente todos los saberes posibles en una especie de "ars combinatoria"que evite el prejuzgar sino que, antes bien, poder conceptualizar aquellos ingenios que en su sistematización hacen los saberes. Dicho modelo, puede encontrase en dos trabajos muy relevantes a la hora de pretender un eventual certidumbre sobre estas cuestiones. El primer trabajo debe su autoría a Jaques Alain Miller (1999) y el segundo, derivado del primero, a Mónica Torres (2000). Ambos trabajos pretenden, en lo que es pertinente, establecer una diferencia en tres tipos de saberes posibles: el saber-semblante, el saber-verdad y el saber-ciencia. El primero apunta a la enseñanza universitaria, básicamente retórico y se opone al saber-verdad ya que este incluye al sujeto humano en tanto que el saber-ciencia lo excluye definitivamente. Estos saberes se triangulan como sigue:

Partes: 1, 2, 3
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